La autora nos introduce -con la pericia del fotoperiodista en zona de conflicto- en los pasadizos más secretos del este del Congo -una zona especialmente complicada y peligrosa-, de Goma y Bukavu, sus principales capitales, de Kikwit, más al suroeste del país, de Kanzene, donde ser mujer no debe de ser nada fácil, y, por supuesto, de Kinshasa. Y capta, capítulo a capítulo, las fotos perfectas, precisas, con la magia de ensamblar de tal manera la realidad política, cultural, económica con las pequeñas historias humanas, cercanas, reales, que te lleva a vivirlo en primera persona, a reflexionar y a sacar conclusiones para continuar viviendo la vida en Occidente con agradecimiento por tanto recibido, pero con otro sentido. |